14 DE NOVIEMBRE | Día Mundial de la Diabetes

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  • Por Universidad Austral

  • 13 Noviembre 2023

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Las doctoras María Cecilia Preiti y Noemí Passarín, especialistas en esta enfermedad de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral, aportan datos y recomendaciones para ayudar a retrasar su aparición y evitar las complicaciones.

 

Buenos Aires, noviembre de 2023 - Compartimos una serie de textuales de las doctoras María Cecilia Preiti y Noemí Passarín:

“En la Argentina, según los últimos datos del Ministerio de Salud (2018), el 12.7% de la población adulta tiene diabetes, lo cual representa un aumento con respecto a reportes anteriores. En el primer trimestre de 2024 se realizará una nueva evaluación a nivel nacional. En el mundo, se estima que para 2045, 1 de cada 8 adultos va a tener diabetes”.
“La diabetes tipo 2 es la más común: representa el 90% de los diagnósticos. Es más frecuente en personas con obesidad y sobrepeso. Antes, la padecían sobre todo los mayores de 40 años. Sin embargo, debido al incremento de la obesidad, el sedentarismo y la mala alimentación, esta variante de la diabetes está aumentando en niños, adolescentes y adultos jóvenes”.
“La diabetes se define como un conjunto de enfermedades metabólicas, caracterizadas por la presencia de hiperglucemia (glucosa elevada en sangre) debido a un defecto en la secreción y/o acción de la insulina. Es una enfermedad que, para desarrollarse, depende de que haya una predisposición genética. Por eso, si bien no podemos decir que es posible “prevenirla”, sí se puede ayudar a retardar o enlentecer su aparición, y evitar las complicaciones, al adoptar una alimentación saludable y otros hábitos”.
“En cuanto a la prediabetes, es una condición caracterizada por niveles de glucosa en sangre superiores a los normales, pero por debajo del umbral para el diagnóstico de diabetes. Quienes padecen prediabetes tienen un alto riesgo de desarrollar diabetes tipo 2: se estima que el 50% de ellos la presentará dentro de los 5 años”.
“En el mundo, se estima que el 7,5% de los adultos de entre 20 y 79 años (374 millones de personas) tienen prediabetes, de acuerdo con datos de 2019 del Atlas de la Diabetes de la Federación Internacional de Diabetes”.
“La carga global de la prediabetes es sustancial y está creciendo. Es necesario mejorar la vigilancia de la prediabetes para implementar eficazmente políticas e intervenciones de prevención de la diabetes. La intervención intensiva en el estilo de vida, modificación de la dieta y aumento de la actividad física pueden reducir significativamente el riesgo de progresión a diabetes tipo 2”.
“A pesar de la predisposición genética, existen factores de riesgo modificables, sobre los cuales podemos actuar para retrasar o prevenir la diabetes tipo 2. ¿Cómo? Haciendo un plan alimentario adecuado, manteniendo un peso saludable y ejercitándonos regularmente (actividad aeróbica y de fuerza)”.
“Estos hábitos saludables también resultan esenciales para evitar las complicaciones que suele generar la diabetes. Al ser una condición crónica y progresiva, si no es tratada adecuadamente puede afectar la retina, los riñones, los nervios, el corazón, el cerebro y los miembros inferiores”.
“Las personas con diabetes tienen de dos a tres veces más probabilidades de presentar enfermedades cardiovasculares y accidentes cerebrovasculares. Asimismo, 1 de cada 3 personas con diabetes desarrollará patología oftalmológica y el 40%, enfermedad renal crónica. La diabetes continúa siendo la principal causa de ingreso a diálisis en los países desarrollados y del 60% de las amputaciones no traumáticas”.
“Es fundamental un mejor acceso a la educación en diabetes para los profesionales de la salud y los pacientes debido a que más del 90% de los cuidados de la diabetes son autocuidados y requieren una gestión las 24 hs del día”.
Por la Dra. María Cecilia Preiti,
MN 77606. Codirectora de la Maestría en Diabetes Mellitus de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral y jefa del Servicio de Diabetología del Hospital Universitario Austral.
Por la Dra. Noemí Passarín,
MN 77935. Coordinadora de la Maestría en Diabetes Mellitus de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral y subjefa del servicio de Diabetología del Hospital Universitario Austral.

 

14 DE NOVIEMBRE | Día Mundial de la Diabetes
Ocho claves para prevenir la diabetes en la alimentación diaria

 

 

En el marco del Día Mundial de la Diabetes, la Lic. en Nutrición Silvia Juárez (MN 1150), profesora de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral, comparte algunos consejos para prevenir la diabetes tipo 2, la más común entre todas las diabetes.

 

 

Compartimos una serie de textuales de la licenciada Silvia Juárez (MN 1150), profesora de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral:

“Si podés prevenir o retrasar la diabetes tipo 2, lograrás disminuir los riesgos de tener afecciones en la vista, los riñones y/o a nivel cardíaco”.
“En caso de sobrepeso, es importante ponerse la meta de reducir entre el 5 y 10% del peso. Para esto, además de evitar el sedentarismo y hacer ejercicio, existen algunas recomendaciones prácticas”
Los sí
Aumentar el consumo de fibra vegetal: verduras y frutas frescas. Incluirlas en las 4 comidas.
Incorporar legumbres en granos enteros, como lentejas, garbanzos, porotos, brotes de soja y semillas.
Cereales integrales o sus harinas. Centeno o avena.
Lácteos descremados, ricota, yogures, tofu.
Proteínas en pescados, carnes magras, blancas y rojas, y huevo.
Consumo moderado de grasas insaturadas: aceites vegetales, frutos secos, palta.
Aumentar el consumo de agua o de bebidas sin azúcar, por ejemplo, infusiones.
Gelatinas dietéticas, dulces con edulcorante (consumo moderado).
 

Evitar o reducir (consultar siempre con el nutricionista):
Verduras fuente de almidón sin aporte de fibra vegetal (por ejemplo, papa y batata).
Harinas procesadas de legumbres.
Harinas refinadas y sus productos.
Lácteos enteros, leche condensada, quesos duros, manteca.
Fiambres, embutidos, carnes de animales de caza.
Grasas saturadas o trans en productos procesados, aderezos, chips de copetín o productos de pastelería.
Jugos exprimidos de fruta o bebidas azucaradas.
Miel, dulces con alta concentración de azúcares simples, golosinas.